sábado, 29 de octubre de 2016

Venezuela y el Mercosur

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VENEZUELA Y EL MERCOSUR


Por Ricardo Arredondo & Leopoldo M. A. Godio


Años de gobierno autoritario, mala gestión económica, crimen violento y caos en Venezuela han resultado ser una combinación tóxica. En medio de esta crisis económica, política, social e institucional, debía producirse el traspaso de la Presidencia Pro Témpore (PPT) del Mercosur. Uruguay dejó la presidencia en julio, cuando acababa su mandato, y Venezuela la asumió, aunque Paraguay y Brasil se negaron a aceptar ese movimiento, lo que generó una crisis sin precedentes y un vacío de poder en el bloque. Venezuela reclama la PPT como suya y ha manifestado reiteradamente que ejerce esa presidencia.

La incorporación de Venezuela al bloque, en la Cumbre de Mendoza de 2012, se realizó de manera espuria, a la luz de la suspensión temporal del Paraguay en el ejercicio de su condición de miembro y sin que se hubieran cumplido los requisitos que los propios países miembros establecieron oportunamente.

En septiembre pasado, los Cancilleres de los Estados fundadores del Mercosur adoptaron la “Declaración conjunta relativa al funcionamiento del Mercosur y al Protocolo de Adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al Mercosur”, por la que decidieron: declarar un estado de urgencia que merece asegurar el funcionamiento del Mercosur; que la coordinación de las negociaciones externas sea realizada por los Estados fundadores; analizar nuevamente, el 1 de diciembre de 2016, el estado de cumplimiento de las obligaciones asumidas por Venezuela en el Protocolo de Adhesión al Mercosur; y, de persistir el incumplimiento dar por terminado el ejercicio de los derechos inherentes a la condición de Estado Parte del Mercosur de Venezuela, hasta que los Estados Partes signatarios del Tratado de Asunción dispongan las condiciones para restablecer su ejercicio.

Los escenarios internos de los países de la región han venido experimentando una serie de cambios políticos significativos y de considerable alcance. Como afirmaron Busso y Zelicovich, “el triunfo de Macri en Argentina; la victoria de la oposición venezolana en el referéndum presidencial para iniciar un proceso revocatorio; la negativa vía plebiscito a Evo Morales para una nueva postulación en 2019 y el impeachment a Dilma Rousseff en Brasil; son las muestras más destacadas de dicho giro”.

La crisis en el Mercosur respecto de quién debe cubrir la PPT evidencia esa voluntad de renovación. La Declaración de los Cancilleres, intimando a Venezuela a dar cumplimiento a las obligaciones a las que se había comprometido, representa un cambio importante de política vis-à-vis este país, que hasta ahora había disfrutado de un apoyo latinoamericano casi unánime desde la victoria electoral de Chávez en 1999.

Un escenario posible a la finalización del plazo concedido es que Venezuela solicite una extensión temporal para cumplir los compromisos asumidos. Ello debería ser evaluado cuidadosamente porque, a la luz de lo actuado, es poco probable que aquel Estado haga suyas muchas de las normas del Mercosur. En este sentido, se ha sostenido que el gobierno con sede en Caracas jamás tuvo la intención de adaptarse a las normas económico-comerciales del organismo regional.

La eventual suspensión o terminación de los acuerdos que vinculan a este país con el Mercosur tiene todas las características de una metamorfosis cuya evolución resulta complejo predecir. La solución adoptada por los Estados signatarios del Tratado de Asunción procura solucionar las dificultades ocasionadas por la falta de liderazgo que acentúa la crisis del bloque, pone un varapalo a la integración regional y dificulta las negociaciones con la Unión Europea. Es de esperar que los Estados Parte puedan solventar sus diferentes aproximaciones a la cuestión, adoptar un criterio único y mantener el impulso de un proceso de integración que, aunque incompleto, ha sido mutuamente beneficioso para todos ellos.





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lunes, 24 de octubre de 2016

NOTAS 2º PARCIAL – COMISIÓN “A” – 20/10/2016




























































Apellido y NombreNOTA
AFFLITTO, PAULA10
ALCUAZ, JIMENA8
ANGELETTI, AGUSTINA9
ANTONETTI,GABRIELAAUSENTE
ASTARITA.MARIA AGUSTINA7
BALBÍN, MARIANA5
BARLETTA, FACUNDO2
BAULO NUÑEZ,MARIA LAURA5
BOJANOVICH, FEDERICO NATANAEL9
BORIES, SOLEDAD5
BRAMBILLA, ALEJANDRA2
CAR, MICAELA SABRINAAUSENTE
CASADO, IGNACIO AGUSTINAUSENTE
CASTELLANOS CARÚ, JUAN IGNACIO2
CASTILLO CIANCIO, CAMILA CLAUDIA7
DE VEGA, LUCIO ALFONSO8
DE ZORZI, FRANCO7
HERRERA, CARLA VICTORIAAUSENTE
LAUDISI, GIULIANA7
LUCCA, ELBA ROMINA4
LUCHESSI, MARIA CATALINA4
MARTÍN, RODRIGO ANDRES8
PETROMILLI, CRISTIAN SEBASTIAN2
RESI, MARÍA CONSTANZA9
SICCARDI, PABLO MANUELAUSENTE
SOTÉS MARRÓN, MARIANO9
VIDAL, CAMILA ROSARIO9
ZITTI, CANDELARIA8
RECUPERATORIO: Jueves 10/11 – 11 hs.

 















ALUMNOS CON SEMI-PROMOCION
Apellido y Nombre
AFFLITTO, PAULA
ALCUAZ, JIMENA
ANGELETTI, AGUSTINA
BOJANOVICH, FEDERICO NATANAEL
CASTILLO CIANCIO, CAMILA CLAUDIA
DE ZORZI, FRANCO
LAUDISI, GIULIANA
RESI, MARÍA CONSTANZA
SOTÉS MARRÓN, MARIANO
VIDAL, CAMILA ROSARIO
ZITTI, CANDELARIA

NOTAS 2º PARCIAL – COMISIÓN “A” – 20/10/2016Derecho Internacional Público - www.dipublico.org

sábado, 22 de octubre de 2016

Los BRICS: menos crecimiento, más poder internacional

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Los BRICS: menos crecimiento, más poder internacional


En los últimos tres lustros, los BRICS, el acrónimo inicialmente planteado por Goldman & Sachs, y plataforma de crecimiento económico para Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, ha desarrollado una importante dinámica política propia mediante iniciativas como el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB por su sigla en inglés). Aunque algunos pronostican su ocaso por un menor crecimiento económico, los BRICS se mantienen unidos y siguen celebrando cumbres anuales, independientemente de los gobiernos de turno en sus cinco países. Es por ello que su razón de ser hoy no es tanto la economía, sino la creación de un poderoso lobby internacional que reúne las potencias regionales de cinco continentes. Un importante indicador para ello fue el respaldo colectivo de incluir a Brasil, India y Sudáfrica como miembros permanentes en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, recogido por primera vez en la Declaración de Goa que concluyó la octava cumbre de los BRICS celebrada el 15 y 16 de octubre de 2016.


El objetivo no declarado de los BRICS es crear, dentro del marco capitalista, un orden global paralelo a aquel establecido por Occidente. Un segundo objetivo estrechamente ligado al primero es incrementar la cooperación a todos los niveles (comercio, inversión, educación, agricultura, ciencia y tecnología, y energía) entre los cinco países para reducir, a medio plazo, la dependencia de Europa y Estados Unidos. Aunque los resultados de esta última cumbre fueron modestos, confirmaron la voluntad de los cinco países de aumentar el comercio y la cooperación entre ellos e institucionalizar el bloque para ejercer una mayor influencia colectiva en la política internacional.


Desequilibrios internos


Los conflictos bilaterales (entre China, India y Rusia) y los enormes desequilibrios de poder dentro del grupo contradicen la retórica BRICS de crear un mundo más justo y equilibrado a favor de los países del sur. Contrario a los pronósticos formulados en la primera cumbre diez años atrás, los BRICS no se han consolidado como motor económico global sino que están profundamente divididos en términos de crecimiento económico. Hay una clara polarización económica: mientras que Brasil, Rusia y Sudáfrica están o entran en recesión, las economías de China e India siguen creciendo, aunque a ritmos menores. Son estos dos países que, por el tamaño de sus mercados internos, su posición geográfica y sus recursos de poder, son el verdadero motor de los BRICS.


No es una casualidad que el proyecto más importante del grupo, el Nuevo Banco de Desarrollo, tiene su sede en Shanghai y su presidente es de la India. Brasil, Rusia y Sudáfrica son socios menores del grupo y de su banco, creado en 2014 principalmente con aportaciones financieras chinas. Su página web y los primeros proyectos aprobados del NDB no indican un funcionamiento alternativo a cualquier otro banco regional o al Banco Mundial con el que aspira a competir en el futuro. En este sentido, el NDB no es una alternativa socialista al sistema de Bretton Woods sino su competencia igualmente capitalista. La misma filosofía de mercado está detrás de la iniciativa del presidente Narendra Modi de crear una agencia de calificación propia de los BRICS que fue recogida en la Declaración final de Goa. Sin duda, China e India se han convertido en los líderes del grupo, mientras que Brasil y Sudáfrica son seguidores y Rusia, que lucha por mantener su poder militar, tiene menos conexiones con los demás.


Un menú diferente con los mismos ingredientes


Dentro del orden internacional establecido, los BRICS ofrecen un menú diferente pero con los mismos ingredientes: capitalismo y hegemonía. Haciendo un balance de sus quince años de vida, los BRICS han dejado de ser una esperanza de cooperación sur-sur alternativo al tradicional orden internacional para convertirse en un instrumento de poder de China. Las asimetrías son evidentes: China es el segundo poder militar y económico del mundo. Por ejemplo, un 12% del 17% del comercio total de los BRICS corresponde a China. Además, su dependencia de los demás socios es mucho menor que, por ejemplo, la de Brasil. En el caso chino, el bloque representó en 2015 sólo un 6% de su comercio total frente al 22% en el de Brasil. Las enormes asimetrías en términos de tamaño, crecimiento, desarrollo, recursos, poder económico y militar se han profundizado y tienden a cuestionar su objetivo de representar un bloque de países en vías de desarrollo que desafían la hegemonía de Estados Unidos y pretenden crear un mundo más justo.


Tabla 1: BRICS en cifras (2015-2016)


























 Evolución PIB 2015Estimaciones PIB 2016PIB per cápita 2015 (anual, dólares)
Brasil-3,8%-4%15941 (posición 75)
Rusia-3,7%-1,2%24067 (posición 52)
India7,6%7,5%6266 (posición 122)
China6,9%6,7%13801 (posición 84)
Sudáfrica1,3%0,6%13251 (posición 88)

Fuente: Banco Mundial, World Economic Outlook, 2016 y Banco de Datos por países y estimaciones (ingreso per capita) del Fondo Monetario Internacional.


Las enormes desigualdades sociales de los cinco países y particularmente en India, Sudáfrica y China señalan las distorsiones de la globalización sin una política distributiva – a través de impuestos o políticas sociales – y los límites del discurso de desarrollo equitativo incluido en las declaraciones finales de sus ocho cumbres.


Poder blando colectivo y cooperación intra-bloque


A pesar de las asimetrías y diferencias entre sus países, los BRICS son también una exitosa fórmula de cooperación entre Estados que han desarrollado una dinámica propia. Así, entre 2001 y 2015, el comercio intra-bloque se ha duplicado y el PIB mundial de los BRICS ha crecido casi tres veces. Independientemente del tipo de régimen, los cinco países ejercen poder blando y asumen las suposiciones liberales de que la interdependencia entre Estados es más beneficiosa que el enfrentamiento. Aunque todavía existen roces y conflictos territoriales entre China, India y Rusia, éstos tienden a disminuir por el diálogo y las crecientes conexiones aumentan la confianza mutua y la visión de intereses compartidos.


No sólo a nivel de gobiernos sino también de sociedades, el desarrollo de poder blando colectivo – mediante festivales de juventud, cumbres de Mujeres o eventos deportivos entre los BRICS – está creando lazos entre países que antes se percibieron como ajenos o incluso hostiles.


La octava reunión entre los cinco líderes señaló, aún más que las anteriores, la importancia de crear una plataforma económico-financiera para China e India, que lideran tanto el banco de los BRICS como la futura Agencia de Calificación. Debido a las asimetrías existentes, la propuesta inicial de China de construir una zona de libre comercio no fue incluida en la Declaración de Goa. Otros temas, como el compromiso con el desarrollo que en su momento inspiró la creación de IBSA (India, Brasil, Sudáfrica) ha perdido relevancia en la agenda de los BRICS.


Sobre todo los regímenes autoritarios de China y Rusia usan los BRICS para elevar su smart power, el reconocimiento y el prestigio internacional contra las críticas de Occidente. La férrea adhesión al viejo y ya superado concepto de la soberanía nacional del Estado-nación y el rechazo de intervenciones externas que también se recoge en la Declaración de Goa es sobre todo una concesión a la Rusia de Putin, que justifica así su política en Siria pero tiene más problemas en aplicar este mismo principio a su actuación en Ucrania.


Es demasiado temprano como para evaluar si los BRICS se limitarán a ser un instrumento de poder de China y desaparecerán con el tiempo por la enorme desigualdad entre sus miembros, o si representarán una alternativa al tradicional polo de poder de Occidente, sin ser por ello ni más justa ni menos capitalista. Con mayor o menor crecimiento económico, la pregunta de cómo conciliar las aspiraciones de poder de Occidente y de los BRICS seguirá ocupando un amplio espacio en la agenda internacional en años venideros. En números ganan: los BRICS representan un 42% de la población mundial frente al 11% de los ciudadanos que viven en Estados Unidos y Europa. La firme adhesión a los principios de Naciones Unidas, aunque desde diferentes interpretaciones y perspectivas, es un fundamento común sobre el que hay que construir y reformar las organizaciones internacionales.




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Cumbre de Goa y discrepancias entre los BRICS

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Cumbre de Goa y discrepancias entre los BRICS


El término BRICS ya no está en boga. Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica aparecían como las potencias emergentes e impulsoras que iban a dominar el siglo XXI. El estímulo de su éxito económico –fundamentalmente, una combinación de altos precios de las materias primas y una economía china motor de la demanda mundial– ha desaparecido. Los BRICS no están cumpliendo las expectativas adelantadas hace unos años. A falta de ese factor aglutinador que era el crecimiento económico por encima de la media mundial, se hacen más evidentes la heterogeneidad y las disparidad políticas.


Según el Banco Mundial, su crecimiento se ha ralentizado desde un promedio del 9% en 2010 a un 4% en 2015. Los escenarios económicos son diferentes en el grupo: moderado crecimiento en China; debilidad persistente en Suráfrica; recesiones en Rusia y Brasil. India es la excepción y se prevé que mantenga una expansión económica del 7,6% del PIB. El creador del acrónimo BRICS, el economista Jim O’Neil, asegura incluso que el grupo es más fuerte hoy que lo que él mismo había previsto hace 15 años.


El anfitrión de la VIII cumbre BRICS, el primer ministro indio, Narendra Modi, pidió en Goa el 15 de octubre continuar el proceso de construcción institucional del grupo. Se trata de seguir influyendo en las decisiones globales como con el Nuevo Banco de Desarrollo en funcionamiento y el Acuerdo de Reservas de Contingencia de BRICS, con un capital total de 200.000 millones de dólares. En esta etapa, el sector prioritario está siendo la energía renovable.


En Goa se han firmado memorandos sobre cooperación ambiental, investigación agrícola y autoridades aduaneras. Se acordó también la creación de una agencia de calificación de riesgo propia. El Banco de Desarrollo anunció el aumento de préstamos de 2.500 millones el próximo año.


Modi reclamó asimismo más comercio entre los miembros del grupo. En 2015, se situó en torno a los 245.000 millones de dólares y se quiere llegar a 500.000 millones para 2020. Para contextualizar, basta con comparar el volumen de intercambios comerciales entre China y Estados Unidos: 558.000 millones en 2015, año en que Pekín se convirtió en el mayor socio comercial de Washington.


No eran de esperar avances económicos significativos en la cumbre. Anteriores planes ambiciosos para crear una moneda de reserva y desafiar el poder de EEUU en seguridad global tuvieron escasa o ninguna efectividad. No habrá una integración económica ni una zona de libre comercio.


Sin embargo, sería un error mirar a los BRICS solo a través del prisma de sus indicadores económicos. Más que un grupo, constituyen una agenda que apuesta por una reforma de la gobernanza mundial. Esa agenda le otorgó un valor añadido desde que estalló la crisis financiera en 2007. Aunque la economía comenzó siendo motor primordial del proyecto, desde su origen los BRICS son además y de manera fundamental un instrumento de influencia política. Y es aquí donde utilizan todo su peso demográfico y comercial. No es descartable que el acrónimo se transforme en un nuevo G-5. La pregunta es si, como contrapeso del G-7, podrá adoptar posturas comunes superando sus diferentes puntos de vista, ya que peores que la desaceleración económica parecen las fracturas provocadas por la geopolítica.


Las contradicciones entre los miembros son patentes, con ideas muy distintas acerca de la misión del grupo. Moscú y Pekín prefieren alianzas con países que no les exigen reformas o cambios en política exterior. Vladimir Putin y Xi Jinping están interesados en convertir los BRICS en una estructura vigorosa en el marco de un nuevo mundo multipolar; una alternativa al dominio occidental. Las relaciones entre ambos países siguen fortaleciéndose, pese a tener lazos asimétricos. Moscú necesita a Pekín mucho más que a la inversa.


A Putin los BRICS le sirven para mostrar la imposibilidad de aislar a Rusia. La declaración final de Goa es una manifestación de ese refuerzo en el plano político. Así, en lo referente a Siria, el documento, sin reflejar en su totalidad la postura de Moscú, coincide en líneas generales con la política del Kremlin. Basta el hecho de que la declaración subraye que las decisiones en el ámbito mundial debe tomarlas el Consejo de Seguridad de la ONU y que son inadmisibles las intervenciones militares unilaterales no aprobadas en el mismo.


Por su parte, India pretende utilizar la organización como táctica para conseguir sus propios fines en materia exterior. Pero si algo ha mostrado la cumbre de Goa, marcada por los recientes atentados contra una base militar en la Cachemira india por terroristas supuestamente procedentes de Pakistán, es que esa estrategia no funciona.


India considera a su vecino y rival un “Estado terrorista”. Durante la cumbre, Modi insistió en la palabra “terrorismo”. Si bien la declaración final incluyó una enérgica condena de los ataques contra “algunos países BRICS”, el primer ministro indio no consiguió que apareciera de forma expresa el nombre de Pakistán. En especial, Modi buscaba una postura contundente de Xi y Putin. Sin embargo, ambos mandatarios mantienen intereses específicos en Pakistán y eludieron pronunciarse directamente. Pekín apoya a Islamabad con dinero y armas. Y Moscú, pese a los acuerdos militares con Nueva Delhi, optó igualmente por la reserva.


Es evidente que India no se ha sentido respaldada en el seno de los BRICS. Y esto puede influir en su disposición a colaborar con Washington. Así, es probable que siga explorando foros alternativos como el foro de diálogo trilateral IBSA (Brasil, India y Suráfrica) y, sobre todo, organizaciones regionales como la Iniciativa de la Bahía de Bengala para la Cooperación Técnica Multisectorial y Económica, y la Asociación de Asia del Sur para la Cooperación Regional. En relación a esta última, Modi ya logró aplazar la reunión que iba a tener lugar en Islamabad. Con los ataques en Cachemira se han tambaleado los cimientos de las relaciones en el Sur de Asia.


Brasil es otro “desafío interno”. Para el nuevo ejecutivo brasileño, los BRICS son importantes, aunque menos que para el anterior gobierno de Dilma Rousseff. El presidente, Michel Temer, no es tan partidario de este formato como su predecesora. El principal objetivo de Brasil es mejorar los intercambios comerciales con China, el socio que más le interesa. Y no hay que olvidar el deseo de Brasil de un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. En este sentido, el respaldo de los BRICS brilla por su ausencia.


El problema que presenta Suráfrica en la actualidad viene personificado en su polémico presidente, Jacob Zuma. Carente de visión política y acusado de corrupción, Zuma contribuye a un clima de creciente inestabilidad de Suráfrica.


Es muy poco probable que la dimensión económica de los BRICS dé un salto cualitativo en años próximos. Sin ser un centro independiente de política mundial, la tendencia será a convertirse en plataforma clave donde las potencias emergentes acuerden posturas. Pero eso solo será posible si no acaban imperando discrepancias internas que ya están erosionando su credibilidad y sus perspectivas como foro alternativo con capacidad de influir en la gobernanza mundial.




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jueves, 20 de octubre de 2016

Caso Pacific Rim contra El Salvador: CIADI rechaza pretensiones de empresa minera

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CASO PACIFIC RIM CONTRA EL SALVADOR: CIADI RECHAZA PRETENSIONES DE EMPRESA MINERA



Protestas en El Salvador contra Pacific Rim. Fuente: sitio de la ONG Transparenciactiva (ver enlace).


El pasado 11 de octubre del 2016, el Centro Internacional de Arreglo de Disputas entre Inversionista Extranjero y Estado (más conocido como CIADI o por sus siglas en inglés ICSID) rechazó las pretensiones contra El Salvador contenidas en la demanda interpuesta por la minera canadiense Pacific Rim en el 2008. En su decisión (ver texto completo en español y en inglés), los tres árbitros rechazaron todos los alegatos presentados inicialmente por Pacific Rim, empresa que luego fue transferida al consorcio australiano minero Oceana Gold, y que exigía a El Salvador un monto compensatorio de unos 300 millones de US$. En el comunicado oficial de El Salvador con fecha del 14 de octubre (ver texto completo reproducido al final de esta nota), las autoridades externaron que: “este caso nos deja un mensaje y nos recuerda que los Estados, y en este caso el Estado de El Salvador, están expuestos a este tipo de demandas multimillonarias. Por lo tanto, se debe trabajar en el fortalecimiento de la institucionalidad del país en defensa del medio ambiente“. En esta nota leemos que: “Varios integrantes de comités ambientales fueron asesinados (Marcelo Rivera, Ramiro Rivera y Dora Alicia Sorto) y otros recibieron amenazas, como Francisco Pineda, activista contra Pacific Rim que recibió el Premio Medioambiental Goldman“. Se reproduce al final de esta nota el comunicado oficial emitido por la empresa Oceana Gold desde Melbourne, Asutralia, con fecha del 14 de octubre (en inglés).


Se trata de una controversia que dio lugar a una fuerte movilización de entidades sociales en El Salvador y fuera de el, y que se origino cuando las autoridades de El Salvador optaron por suspender la minería química a cielo abierto en El Salvador, en el año 2008. Como es bien sabido, empresas mineras y Estados de América Latina están protagonizando en suelo nacional polémicas y escándalos políticos, y ante el CIADI, una sostenida batalla legal en los últimos años, cuyos últimos desarrollos a continuación se detallan brevemente:


– en abril del 2016, una empresa minera entabló una demanda contra Panamá (ver nota de este mimso blogo) por 268 millones de US$.


– desde el mes de marzo del 2016, Colombia, Estado que había logrado mantener una legislación en materia de arbitraje comercial que dificultaba el recurso al CIADI por parte del inversionista extranjero, enfrenta su primera demanda interpuesta por el consorcio minero suizo Glencore, la cual podría ser seguida de otras anunciadas por empresas mineras: varias empresas mineras han anunciado su intención de demandar a Colombia por unos 16.500 millones de US$ (ver nota), a raíz de un fallo de la Corte de Constitucionalidad de Colombia de febrero del 2016 que prohíbe la minería en los páramos colombianos (ver nota de El Espectador). La demanda registrada de Glencore el 16 de marzo del 2016 se denomina oficialmente en el CIADI: “Glencore International A.G. and C.I. Prodeco S.A. v. Republic of Colombia (ICSID Case No. ARB/16/6)”: esta demanda fue antecedida unas semanas antes por un foro público sobre el escándalo de Reficar en Colombia (ver nota de Semana). Un “informe sombre de sostenibilidad de las operaciones de Glencore en Colombia” producido por ONG colombianas detalla el tipo de operaciones de esta empresa suiza en Colombia.


– en el mes de febrero del 2014, Costa Rica fue demandada por la empresa minera canadiense Infinito Gold por un monto de 94 millones de US$, luego de decisiones de la justicia costarricense anulando los actos jurídicos sobre los que se sostenía este polémico proyecto minero ubicado en la remota localidad de Las Crucitas (ver nota publicada por la UNESCO en el 2011 y otra nota nuestra del 2015 publicada en Ius360, sobre solicitud de Costa Rica de suspender el procedimiento en el CIADI). El documental “El oro de los tontos” (Director: Pablo Ortega, 2011) reseña con humor y un estilo caricaturesco los diversos escándalos repetitivos que provocó en el mundo político y judicial costarricenses este proyecto minero (ver enlace a versión completa disponible en Youtube): dos profesores entrevistados en ese documental fueron demandados por presunta difamación por la empresa minera canadiense por un millón de US$ cada uno, siendo ambas demandas rechazadas por la justicia costarricense en el 2013. Actualmente, en América Latina, Costa Rica es el Estado con mayores demandas registradas ante el CIADI (cinco) después de Venezuela y Argentina. En el 2013 se había sugerido renegociar algunas cláusulas contenidas en tratados bilaterales de inversión (ver nota del Semanario Universidad).


– en este año 2016, el CIADI condenó a Venezuela a pagar más de 1.200 millones de US$ al consorcio minero ruso-canadiense Rusoso (ver nota de prensa). Según se lee en el laudo arbitral (ver texto completo), Venezuela fue condenada al pago de: “898. Rusoro claims an amount of USD 2.4 billion as compensation for Venezuela’s expropriation of Rusoro’s investment; plus USD 90 million for the Lost Cash Flows suffered as a consequence of the 2009 and 2010 Measures; and interest on these quantities. 899. The Tribunal concluded that – the proper compensation due to Rusoro for the unlawful expropriation of its investment in Venezuela amounts to USD 966,500,000 and that – the proper calculation of damages due to Rusoro for Venezuela’s breach of Paragraph 6 (d) of the Annex to the BIT amounts to USD 1,277,002. 900. Additionally the Tribunal decided to grant Rusoro interest on the amounts of compensation and damages (i.e. USD 967,777,002723), accrued between 16 September 2011 and the date of actual payment, calculated at the interest rate p.a. equal to USD LIBOR for one year deposits, plus a margin of 4%, with a minimum of 4% p.a, to be compounded annually /…/903. The Tribunal ordered the Bolivarian Republic to pay to Rusoro USD 3,302,500 as costs incurred in the present arbitration “.


– en abril del 2016, el CIADI ordenó a Venezuela el pago de un elevado monto a una empresa minera canadiense por la suspensión del proyecto minero en Las Cristinas: en esta ocasión, ordenó a Venezuela a indemnizarla por 1.386 millones de US$ (ver nota en este mismo blog). El proyecto de Las Cristinas en Venezuela y de Las Crucitas en Costa Rica eran los dos únicos proyectos de la empresa canadiense Vanessa Venture, luego trasladada a Infinito Gold.


Para algunas entidades sociales y expertos, así como un grupo de Estados cada vez más numeroso, el sistema del arbitraje de inversión es altamente cuestionable, en la medida en que está dando pié para demandas claramente abusivas por parte de inversionistas extranjeros (ver nuestra nota del 2013 titulada: “ICSID and Latin America Criticism, withdrawal and the search for alternatives”. Cada una de estas demandas significa una presión indebida ejercida sobre el aparato estatal, y obliga a los Estados a sufragar los gastos de defensa ante el CIADI por varios años: se estima un costo aproximado promedio de 8 millones de US$ en gastos de honorarios para la defensa de un Estado para cada demanda planteada en el CIADI (y ello independientemente del resultado final). En esta nota sobre el reciente laudo arbitral en caso de Pacific Rim, se lee que: “El hecho de que Pacific Rim – ahora Oceana Gold – haya podido demandar a El Salvador cuando nunca tuvo licencia alguna para operar es un abuso del proceso,” dice Manuel Pérez Rocha del Institute for Policy Studies en Washington. “El que estas demandas se lleven a cabo al margen de un sistema judicial independiente y transparente demuestra por que nos oponemos al Acuerdo Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés) y otros, así llamados, tratados de libre comercio”.


Texto del comunicado oficial de prensa del Ministerio de Ambiente y de Recursos Naturales de El Salvador


CIADI resolvió a favor del Estado Salvadoreño en arbitraje contra la empresa minera Pacific Rim


La empresa Oceana Gold -propietaria de Pacific Rim- deberá pagar $8 millones al estado salvadoreño por costas procesales. La decisión de los tres árbitros fue unánime.


“Nos sentimos muy satisfechos con el veredicto a favor del Estado Salvadoreño”, expresó la ministra de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Lina Pohl luego de escuchar el resultado del laudo que este día dio a conocer el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), del Banco Mundial, en torno a la demanda de Pacific Rim Corporation de Canadá en contra del Estado salvadoreño por no permitir inversiones en el rubro minero en el departamento del Cabañas.


Luego de siete años de litigio, la resolución absolvió al Estado salvadoreño de pagar una millonaria suma a la compañía Oceana Gold -empresa minera que compró a la transnacional Pacific Rim-, la cual interpuso una demanda formal ante la CIADI en 2009.


La información la hizo pública el fiscal salvadoreño, Douglas Meléndez a la 1:00 p.m. (hora El Salvador, 3:00 p.m. en Washington) en compañía del abogado Luis Parada del bufete Foley Hoag, representante de El Salvador en el litigio contra la empresa minera ante en el tribunal arbitral del CIADI.


“Nuestro país ha ganado este arbitraje de una forma contundente y muy positiva, principalmente en este momento donde el estado salvadoreño tiene problemas fiscales. El tribunal arbitral desestimó todo los reclamos de Pacific Rim “, expresó Meléndez.


La ministra de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Lina Pohl dijo que: “nosotros como país queremos atraer las inversiones pero lo más importante es que estas inversionistas sean respetuosos de la institucionalidad de los países a donde llegan. Eso es un tema fundamental”.


Pohl expresó que el MARN realizó una Evaluación Ambiental Estratégica de la minería metálica, que determinó que las condiciones actuales el país no eran las adecuadas para el desarrollo de la actividad minera, ya que se comprometían los recursos naturales, en específico el agua.


Otros aspectos que surgieron en el Evaluación Estratégica era que los yacimientos mineros atraerían empresas pequeñas que no manejan estándares de alto nivel; la debilidad de la institucionalidad en torno a la supervisión y regulación de la minería metálica y el nivel de conflictividad en los territorios.


“Definitivamente nos sentimos satisfechos y muy orgullosos de este laudo arbitral. Esta gran victoria no es solamente de orden jurídico, esta victoria es para el pueblo salvadoreño. Desde un principio, el pueblo tanto como el estado y el gobierno, hemos trabajado en la defensa de este caso, comento el Fiscal.


El tribunal arbitrario determinó que la empresa deberá pagar 8 millones de dólares por costes procesales. Uno de los puntos más importantes destacados por el fiscal es que fue una decisión unánime de los tres árbitros.


El tribunal destacó que el estado de El Salvador siempre trató a este inversionista extranjero de una forma generosa y benevolente, pero que Pacific Rim no cumplió estrictamente con los requisitos de las leyes del país.


Pacific Rim inició operaciones en El Salvador a principios del 2000, cuando la Dirección de Hidrocarburos del Ministerio de Economía le autorizó explorar en la zona de El Dorado, en San Isidro, Cabañas, y en otras regiones del país con potencial de metales preciosos.


Posterior al hallazgo de oro y plata en Cabañas, el abogado Parada dijo que el tribunal determinó que el Salvador no tiene las condiciones para desarrollar una actividad minera.


El Fiscal reflexionó que aunque con el resultado positivo para El Salvador, “este caso nos deja un mensaje y nos recuerda que los estados, y en este caso el Estado de El Salvador, están expuestos a este tipo de demandas multimillonarias. Por lo tanto, se debe trabajar en el fortalecimiento de la institucionalidad del país en defensa del medio ambiente”.


También hizo énfasis en la necesidad del Estado de atraer la inversión, pero resaltó la importancia de que “las empresas y las transnacionales se sometan a nuestras leyes en defensa de la población y del medio ambiente”.


Texto del comunicado oficial de Oceana Gold


14 October 2016 – ICSID TRIBUNAL FINDS IN FAVOUR OF GOVERNMENT OF EL SALVADOR IN ARBITRATION PROCESS


(MELBOURNE) OceanaGold Corporation (TSX/ASX/NZX: OGC) (the “Company”) has been advised that the arbitration tribunal constituted by the World Bank’s International Centre for Settlement of Investment Disputes (“ICSID”) has found in favour of the Government of El Salvador (the “Government”) in its dispute with an OceanaGold indirect subsidiary company, Pac Rim Cayman LLC. ICSID granted an award of US$8 million to the Government of El Salvador to cover its legal fees and costs.


OceanaGold inherited the arbitration process when it acquired Pacific Rim Mining Corp. in November 2013 and the Company has stated from the beginning that its goal was to reach an amicable resolution of this matter which would benefit all parties.


Whilst disappointed, OceanaGold will review the ICSID’s ruling in detail before evaluating the next steps related to its El Salvador business unit. The Company believes that a modern resource industry that operates in a safe and sustainable manner and within internationally recognised best practices has the potential to unlock a sustainable and multi-decade development opportunity for the Republic of El Salvador. However, the Company recognises that the Government will need to take positive and definitive steps towards establishing a stable business environment if it wishes to attract foreign investment to establish this opportunity.


As a world class producer for over two decades, Canadian-Australian mining company OceanaGold has been a valued member of the communities where it operates, including environmentally sensitive areas such as New Zealand, the Philippines, and the United States. Over this time the Company has formed a strong track record of establishing itself as a partner and employer of choice that works in a spirit of cooperation and respect with its stakeholders in a sustainable and ethical way.


– ENDS




Caso Pacific Rim contra El Salvador: CIADI rechaza pretensiones de empresa mineraDerecho Internacional Público - www.dipublico.org

sábado, 15 de octubre de 2016

Brexit: Causes and Consequences

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Brexit: Causes and Consequences


Europe is at an Inflexion Point of Danger


The vote by the British people to leave the European Union sent shockwaves across the continent of Europe and beyond. It is the most significant event in Europe since the fall of the Berlin Wall in 1989 and may well mark the beginning of the end of the European Union as we have known it. The European Union is not the vigorous entity that the United Kingdom joined in 1973. Then the European Economic Community had the legitimacy of the strong economic growth which characterised the years after the second world war – les trente glorieuses. The EU of 2016 by contrast has been hit by a series of extremely damaging blows: the economic crisis of 2008; the self-inflicted damage from failure to deal with the flaws of the euro following the crisis; Russian success in upsetting the post-cold war balance of power in Europe; terrorist attacks from ISIS and immense migration flows into the Union. All of these blows have created powerful anti-establishment, anti-EU constituencies across the continent, not just in the UK. The Brexit vote is likely to empower these constituencies further undermining support for the EU. In addition, the process of British exit from the Union is likely to fragment Union solidarity, opening up fissures that will be difficult to close.


It is also difficult to be confident that political leaders on both sides of the English Channel are capable of the strategic thinking and heavy lifting required to recast the European project. The most significant step that the EU needs to take is to reform the euro to release Ireland and the states of southern Europe from their debtors’ prison. The Union also needs to get a grip of the migration flows, which means opening a serious strategic dialogue with non-EU states in southern Mediterranean countries. Brussels and Berlin also need to develop an effective response to the multi-headed military, corruption, and disinformation threat from Moscow. Last but not least, the EU has to find a means of keeping Britain, with its own significant resources, global reach and military power close to the Union.


Unfortunately, such a list of formidable tasks may be beyond the modern European political class, particularly since EU enlargement to 28 members made decision-making ever more difficult. Instead, we are likely to see most problems being kicked down the road until a further rupture occurs. The most damaging event would be the election of Marine Le Pen to the French presidency, although that is more likely to occur at the next presidential elections but one, in 2021, than in 2017. In the meantime, Brexit is likely to see Germany simultaneously strengthened, isolated and burdened. Nationalist forces are on the rise across the continent, fuelled by anti-immigration sentiment: most notably in France, but also in Hungary and Poland, in the Netherlands and Italy, and even in Germany. There is an erosion of support for the EU institutions across southern Europe. The prospect of Brexit will also awaken fears in Central and Eastern Europe of the exit negotiations turning acrimonious, alienating the UK from the EU, and undermining its commitment to the defence of Europe.


The European Causes of the Brexit Vote


Britain’s history differs from that of its European neighbours. Its position as an unconquered island nation, a long tradition of parliamentary democracy and an ingrained sense that ultimately it can look after itself, marks it out from other European nations. It was never that sympathetic to the European ideal. It joined in 1973, rather because there did not seem to be any other option than joining the then more prosperous Western European democracies. It is also true that for decades, the British political class and media played an anti-EU game, where made up stories on the horrors of the EU were plastered across the front pages of tabloid newspapers. The drip drip effect of forty years of negative media coverage was difficult to reverse in a four month referendum campaign. Britain is not the only European country where politicians agree something in Brussels, then go home and blame Brussels for the decision. But in Britain the game was played with far greater intensity and on a greater scale than in other states.


A more recent distinctive British act, which also had a significant part to play in the referendum result, was the 2003 decision of the Blair government to permit full freedom of movement rights to all the 2004 accession states. As a consequence, on 1 January 2004, full free movement was extended by the United Kingdom (as well as Ireland) to all the 10 accession states, from Central and Eastern Europe, the Baltic States, Cyprus and Malta. All the other Western European Member States except Sweden maintained their Treaty rights to suspend full free movement of workers for seven years. As the UK, Ireland and Sweden were the only three states which provided full free movement the number of people seeking work in the UK from the CEE and Baltic states surged. Clearly, it was a British decision not to exercise their Treaty rights to restrict free movement. Nevertheless, in the EU Referendum campaign it was not difficult for the Leave campaigners to pin the surge of workers into the UK, on the EU, and not the British government.


This influx was reinforced by the economic crisis. As the Eurozone failed to deliver growth across its 19 members, and the economy of debtor nations contracted sharply, more people arrived from southern Europe and Ireland. The British economy rapidly righted itself after the crisis, as the UK was in control of its own currency, and debt and could deploy effective fiscal stabilisers. However, London then found that because of the Eurozone’s addiction to fiscally rigid economic policies, the UK was also acting as the employment shock absorber for Frankfurt.


The sheer volume of people moving to the UK from the CEE states, and from southern Europe appears to have been a major factor in driving the Leave vote. It is noticeable, in parts of the country, such as London and the major cities, where there had long been foreign communities, the British were much more relaxed about immigration and voted heavily to stay in the Union. However, in parts of the country which had recently seen a surge of new foreign workers, they voted heavily to leave. The Leave vote also surged in parts of the country where there was very little new or historical immigration, but where voters feared that immigration might also soon arrive in their neighbourhoods.


So even these specifically British causes of the referendum leave vote were heavily influenced by European actions and developments.


There are also a number of common worries, concerns and anger about the European Union across the continent and which in the UK reinforced the Leave vote.


The most obvious is the failure of the Eurozone to either reform itself so it has the same capability as any other sovereign issuer of currency to pool debt, and provide the transfers and fiscal stabilisers to run a single currency zone. Or organise a soft Euro exit strategy for the states with whom Germany principally is not prepared to pool debts and fiscal transfer policies. The ‘kicking the can’ down the road with sovereign and bank debt, combined with endless fiscal contraction policies imposed by Frankfurt and Brussels have enormously undermined support for the Union, and not just in the UK


Technically of course, one can say that the UK is not a member of the Eurozone and therefore of what concern is it to London? However, as explained above, extremely damaging fiscal policies in Frankfurt and Brussels, have a direct impact on the UK, flooding Britain with more people looking for work. Equally it reduces the value of the single market to the UK, as Eurozone fiscal rigidity squeezes economic growth.


More broadly, the sight of proud European nation states being subject to fiscal policies which crushed their economic prospects and blighted a generation did not go down well in London. Watching this economically illiterate drama over much of the last decade, and its harmful economic effects has seriously damaged the legitimacy of the whole European project. A significant part of the British business and intellectual classes, who were naturally pro-EU, began to rethink their support for the Union.


This same process of euro de-legitimisation of the EU is also underway across the continent. This ranges from nationalists from the French Front National, to the Italian Five Star Movement and German ADF generating ever increasing political support on the back of the eurozone’s failures to a draining of business and intellectual support for the Union.


The China factor


A further factor is the unwillingness of the political elites and the Brussels institutions to recognise the downside of globalisation and particularly their elites to act on China’s trade piracy. In 2001, China joined the World Trade Organisation (WTO). Beijing was supposed to commit to opening up its markets, ensuring fair and non-discriminatory market access, establish a robust rule of law system and an open and commercial banking system. It did none of this. The Chinese market is in fact more difficult to access today than a decade ago.


Meanwhile Chinese state owned banks provide advance loans on no rational commercial basis to state owned enterprises. The aim instead is to maintain employment and avoid social and political stress, whatever the negative consequences there are for any other part of the global economy. The consequence can be seen across a range of manufactured goods. For example, since 2004, global steel capacity has surged 57%, 91% of that increase is Chinese. China, now, is responsible for 50% of global production, and produces ten times more than the US. Similarly, it is responsible for 50% or more of global production of flat glass and aluminium.


Both the EU and the US have been reluctant to challenge China, and take effective trade defence measures to protect their own industries and people. Although the US have been more robust in deploying anti-dumping duties than the EU. It passes belief that the EU even now is considering granting China market economy status, despite that country’s unwillingness to comply with WTO standards and its dumping on global markets.


The failure of the EU to recognise and deal with Chinese unwillingness to comply with WTO standards and apply robust trade defence measures in response has had a damaging effect on industrial employment across Europe. There is unfortunately a significant degree of truth in Marine Le Pen’s argument that the European working classes have been abandoned by the European elites. This sense of abandonment also played a part in the willingness of working class communities across the UK to come out and vote to leave the EU as it explains their decision to throw their lot in with the FN in France.


An additional European generator of votes for the leave campaign was the perceived threat of greater migrant flows into the UK. Technically of course, the EU is not in the Schengen area, and has its own borders. Therefore, the German decision in the summer of 2015 to abandon the Dublin Regulation, which required asylum seekers to apply for asylum in the first EU state they arrive in, and welcome in Middle Eastern migrants did not affect the UK. However, the unilateral nature of the German act to abandon the Regulation and the subsequent attempt to force Schengen members to accept migrants did not only generate greater hostility against the EU and Germany across the continent, but also further undermined British support for the EU. Perceived bullying by Germany of other EU states, and the fear that one way or another EU bound migrants would end up in the UK played into the hands of the Leave campaign.


So while there are specific British features to the referendum vote, there is a growing common European concern, anger and indeed hostility to the European project far beyond British shores. It is anchored in the euro and the economic crisis, but includes a failure to tackle the downsides of globalisation and the failure to develop a common and effective response to migrant flows.


The Consequences of the Brexit Vote


The broader scale and shape of the impact of the Brexit vote will not be clear for some time. Three months after the vote we have very little idea of the shape of future British-EU relationships or an outline of any Treaty or trade agreement between London and Brussels. However, there are a few clear consequences.


First, a vote by a Member State to leave, is an immense shock to the Union’s self-image, global standing and sense of durability of the European project. If one Member State can vote to leave, so potentially can others: there is nothing inevitable about an ever-expanding and developing European Union. It can be rolled back. Because, particularly of the euro crisis, that sense of EU fragility already existed, the Brexit vote will now further weaken the Union’s credibility, legitimacy and political capacity to act.


Second, it also places a further burden on the EU institutions and the Member States, struggling with the Euro crisis, migration flows, ISIS and Russian aggression. Dealing with complex Brexit negotiations reduces the resources available to deal with all these crisis and increases the complexity of managing these crises as they begin to feed off one another. This interaction between crises can be seen in the use by nationalist forces, such as those of the Front National in France to deploy the Brexit result in a broader attack against EU and euro zone membership. It galvanises anti-EU forces across the continent, with the prospect that the EU is indeed toppling and it will only need a few more events like the Brexit vote to end the Union.


Third, while we do not know the shape of any EU-UK deal, the EU has potentially lost its most economically liberal member. The effect of Brexit here is likely to result in slower development of the single market. Projects like the Energy Union will also lose a major champion. There is also a further interaction with rising nationalism in Europe, in that with the loss of the UK some of the single market gains may well vanish. Rising nationalist parties are likely to demand more protection for local industries. Without the UK available to weigh in the balance against such protectionism, the capacity of the northern European free traders to defend the single market is in doubt.


A further threat to the single market flows directly from British withdrawal. As explained above, the UK has some degree acted as an employment shock absorber for the Eurozone and has soaked up workers from CEE states. If the UK no longer provides a broad right to work on its territory for EU nationals, those workers will be looking across the rest of the Union instead. A further danger therefore arises that for rising nationalist parties, increased flows of EU nationals into their labour markets becomes a major political issue. Nationalist parties, rather like UKIP in the United Kingdom, seek to not just attack the EU for its failures in dealing with migration flows, but also for the increased flows of EU workers into their states.


It could be argued that the damage to the UK from Brexit will provide greater reassurance and support for the EU, or at least the recognition that there are dangers of leaving the Union. This may well not be the way Brexit works out.


The UK unlike the 19 Eurozone states remains a currency sovereign. It can borrow at fine rates on twenty year terms in its own currency, allowing infrastructure and industrial funding to generate new sources of growth; the City of London can pivot toward deep regulatory competition against the European Union and the significant fall in the currency provides the UK with the means to obtain a major competitive advantage in international markets. This gives London the option of developing a major funded economic programme to offset the damage caused by the uncertainty of the Brexit vote. As a consequence, Britain could engage in negotiations over the next few years with the EU, with limited economic damage, whilst the economy maintains a stable level of economic growth.


British economic stability post the Brexit vote is a form of threat to the EU. The more stable the British economy is the more nationalist parties will use the Brexit vote as an argument for saying that there is nothing to fear from leaving the Union.


The Brexit negotiations themselves may well generate significant divisions within the Union, which then may well feedback into the other European crises. For instance, if some of the CEE states want to see a more generous deal with the UK, concerned about maintaining Britain engaged in security and defence co-operation, and some Western European states led by France, seek a less generous deal, there could be further east-west fissures. These are already present given concerns over the constitutional and human rights decisions of governments in Hungary and Poland. Brexit would only reinforce those fissures.


What Future for Europe?


In october 2016 post the Brexit vote, facing further euro crisis, Russian military manoeuvres on the Ukrainian/Russian border, Turkey opening the door to greater migrant flows and a continuing ISIS threat, the EU is under immense pressure.


The likelihood is that despite these multiple crises the Union will continue to kick the can down the road, try to manage the increasingly unmanageable until there is a significant political rupture. This certainly has been the experience of the last decade with the euro crisis. The unthinkable cannot however be ruled out – the shock of the Brexit vote may galvanise Europe’s political leadership to take the steps necessary to save the European project. This would involve reforming the euro or providing a soft exit for some Eurozone states; providing a credible growth package of finance and policy measures to drive economic growth over the next decade; tackle the downsides of globalisation; develop a coherent external migration strategy with adjacent states, and develop a coherent and robust Russia policy.


This is all on top of engaging in a multi-year parallel negotiation with the UK on a separation and trade deal.


Just listing the challenges and recalling the failures of the Union over the last decade does not give much reason for hope. Perhaps, however, the last gift Britain can provide the Union is of Brexit, as a shock sufficient to reform itself and save a unique form of international co-operation that for most of the last five decades served Europe and Europeans so well.




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domingo, 9 de octubre de 2016

¿Quién es Antonio Guterres?

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Nuestros artículos: ¿Quién es Antonio Guterres?


ctxkcgguiaart05Cuando se puso en marcha el proceso de selección del nuevo secretario general de las Naciones Unidas, los miembros del Consejo de Seguridad parecían estar buscando una mujer, de ser posible originaria de Europa Oriental. Como a menudo fue señalado en público y en privado, eran estos los perfiles ideales y hacia allí se orientaba el consenso de los países miembro. Sin embargo, el nombre propuesto a la Asamblea General para suceder a Ban Ki-moon fue al final el de un hombre que nació en Europa Occidental, el del portugués António Guterres.


La diferencia entre el punto de partida y el punto de llegada refleja una vez más la complejidad política que rodea la elección de ese cargo. Ante la disparidad de intereses de muy difícil conciliación, el noruego Trygve Lie –primer secretario general de la ONU (1946)– había definido al cargo como “el trabajo más imposible del mundo”.


No existe arena más importante en las relaciones internacionales que el recinto donde se reúne el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Lejos de toda legitimidad democrática, la realidad cruda del poder se impone allí desde 1945 y decide sobre la seguridad planetaria con la participación exclusiva de los cinco países que disponen de asiento permanente y derecho de veto.


Con esas reglas de juego, Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia y China volvieron a tener la última palabra en la elección del próximo secretario general.


Una elección que se llevó a cabo en un marco internacional poco propicio al consenso al interior de este quinteto de naciones. La anexión de Crimea y el conflicto sirio reactivaron el clima de guerra fría entre Estados Unidos y Rusia. En el Viejo Conti – nente, el Reino Unido busca renovar lazos diplomát icos para compensar su sa l ida de la Unión Europea, mient r a s que Francia trata de c onq u i s – tar apoyos internacionales en la lucha contra el terrorismo.


Y después tenemos a China, cuyo proceso de afirmación como potencia global a menudo choca con las ambiciones de sus principales competidores, en particular Tokio y Washington.


En este auténtico ovillo diplomático ha residido la primera de las dos claves del éxito de la candidatura de António Guterres.


Es que, además de ser Portugal prácticamente una nación sin anticuerpos entre los cinco principales miembros del Consejo de Seguridad, en el pasado reciente algunos de los mejores momentos de la relación portuguesa con estos países ocurrieron, justamente, cuando Guterres era primer ministro. En la diplomacia no tener nada en contra es muchas veces contabilizado como un voto a favor.


El gobierno de Guterres estuvo, por ejemplo, en la primera línea de la presión internacional ejercida a finales del siglo pasado sobre Indonesia a favor de la independencia de Timor Oriental. La plena soberanía de esta antigua colonia portuguesa fue oficializada en 2002 –durante una ceremonia en Dili que contó con la presencia del ex presidente estadounidense Bill Clinton– y es aún hoy considerada una de las más exitosas intervenciones de Naciones Unidas.


También fue el primer ministro Guterres quien selló la histórica transferencia de Macao de Portugal a China, poniendo fin a casi 500 años de admini stración portuguesa de ese territorio.


A estos episodios se debe agregar el hecho de que la alianza diplomática lusobritánica es una de las más antiguas del mundo.


Señalemos también la estrecha relación entre Lisboa y París, ciudad que acoge la principal comunidad portug uesa de emigrantes.


En este contexto, las miradas se dirigieron a Rusia, única posible resistencia a la selección de Guterres, no por su figura, sino por el hecho de representar a un país miembro de la OTAN.


No fue así.


El último movimiento antes de la consagración de Guterres fue dado, precisamente, por el Kremlin al quitar respaldo a la candidatura de la búlgara Kristalina Georgieva, presentada a último momento con el firme apoyo de la canciller alemana y del presidente de la Comisión Europea.


Ambos salieron mal en la fotografía.


Merkel porque –dicen los medios europeos– intentó utilizar las Naciones Unidas para alejar a la actual vicepresidente de la Comisión Europea responsable por el presupuesto comunitario. Jean-Claude Juncker (porque quien lidera una organización que representa a 28 estados) no puede tomar partido enarbolando una de las banderas nacionales.


La segunda clave del éxito de Guterres fue sin duda el cargo que ocupó durante la última década: el de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.


Sus mandatos no están exentos de algunas críticas, pero aquella posición contribuyó de modo decisivo para consolidar su prestigio internacional. Lo dotó además de un profundo conocimiento sobre la maquinaria de las Naciones Unidas y sobre una de las principales preocupaciones de la comunidad internacional: la crisis de refugiados. Para quien aspiraba a ser secretario general fue, de hecho, el lugar adecuado en el momento justo.


Traté a Antonio Guterres, mientras me desempeñaba como embajador ante Portugal. Ingeniero egresado en una de una de las más reputadas universidades portuguesas, Guterres pronto abandonó la carrera académica para dedicarse a la política.


Fue diputado nacional poco después de la Revolución de los Claveles (1974) que puso fin a la dictadura más larga que ha conocido Europa y en 1995 se convirtió en el primer socialista en liderar el gobierno portugués después de Mário Soares. Se presentaba entonces con un bigote cuidado que dejó crecer en homenaje a Salvador Allende. La educación fue la gran prioridad de su gobierno.


Los que le son cercanos lo describen como un observador agudo y hábil tiempista.


En su momento, declinó la postulación para liderar la misión Europea.


En 2015, mientras todavía me encontraba en Portugal, la prensa lusitana anticipaba la candidatura presidencial de Guterres ya que la unanimidad de las encuestas lo daban favorito para las elecciones que tuvieron lugar a comienzos de este año. No fue ésa la decisión de Guterres.


Optó por arriesgar todo en el tablero de las Naciones Unidas.


Ganó. Reunía las condiciones y logró el consenso.


Ahora todos necesitamos que sea exitoso en el trabajo más imposible del mundo.


Por Jorge Argüello


Publicado en Perfil


10/09/2016


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sábado, 8 de octubre de 2016

Hungría marca el paso a Europa en el rechazo a los refugiados

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Hungría marca el paso a Europa en el rechazo a los refugiados


Hungría marca el paso a Europa en el rechazo a los refugiados. La estrategia de blindaje —doble valla y férreas expulsiones y devoluciones— con la que el Gobierno de Víktor Orbán ha reducido las llegadas cosecha cada vez más adeptos en una UE en la que el sistema de reparto obligatorio avanza hacia el fracaso. Un modelo solidario contra el que Orbán anima a alzar la voz en un inédito referéndum este domingo con el que desafía abiertamente a sus socios europeos. La consulta pregunta a los ciudadanos si aceptan que la Unión pueda determinar cuotas de “ciudadanos no húngaros en Hungría sin el consentimiento del Parlamento”.


Hoy, Hungría es un país prácticamente blindado. A los 175 kilómetros de valla erigidos en la frontera con Serbia hace un año, durante la crisis desatada por la llegada de miles de personas que huían de la guerra —mayoritariamente de Siria e Irak— y buscaban entrar en la UE a través de Hungría, se ha sumado un nuevo muro en la frontera con Croacia y se ha planificado otro con Rumanía. Además, una nueva ley castiga con hasta cinco años de prisión la entrada irregular en el país, que aplica desde hace dos meses un controvertido sistema de devoluciones en caliente, criticado por Naciones Unidas y las organizaciones sociales internacionales.


Frente a las críticas —cada vez menos sonoras—, Hungría ondea las cifras que muestran que su receta ha funcionado. Del acceso diario de miles de personas hace un año, se ha pasado a lindes revestidos de alambre y concertinas, por los que apenas atraviesa una veintena de personas al día. En los terrenos que rodean Röszke o Asotthalom, donde el verano pasado acampaban cientos de personas que habían cruzado desde la vecina Serbia, no hay un solo extranjero. Este jueves, en la frontera, las vallas metálicas con las que las autoridades trataban de contener las entradas hace un año estaban apiladas a un lado y comienzan a oxidarse. La mayoría de los migrantes y solicitantes de asilo permanecen en campos en las llamadas zonas de tránsito, denuncia Lydia Gall, investigadora de Human Rights Wach en la región.


“Hemos defendido las fronteras de Hungría y por tanto también las de la UE”, ha recalcado Orbán en una entrevista publicada este jueves por un diario afín al Gobierno. Incluso la canciller alemana, Angela Merkel, una de las principales defensoras de la acogida de asilados, ha reconocido que el cierre de la llamada ruta de los Balcanes, iniciado por Hungría y replicado después por otros, contuvo un flujo de llegadas para el que no había preparado convenientemente a Alemania.


Una pequeña autocrítica que llega, eso sí, tras varias derrotas de su partido en elecciones regionales, motivadas por el descontento hacia su política migratoria. El populismo y la xenofobia avanzan en una Europa donde el descontento hacia el establishment y el miedo a la inmigración han calado. Porque quizá los mensajes de Orbán llegaron antes, y con un tono mucho más duro —ha llegado a decir que los migrantes y refugiados ponen en peligro las tradiciones cristianas de Europa y en los últimos días ha abogado por deportarles fuera de la UE—, pero otros líderes de la región le han seguido.




Hungría marca el paso a Europa en el rechazo a los refugiados


“Polonia, Eslovaquia, República Checa o Rumania, los países del llamado Grupo de Visegrado, apoyan con los ojos cerrados a Hungría en su política migratoria porque también rechazan la acogida de refugiados. De hecho, Orbán se ha convertido en la cabeza visible y en uno de los principales emisores del mensaje contrario al pacto migratorio”, analiza András Biró-Nagy, codirector del think tank Policy Solutions, que estudia el papel de Hungría en la UE.


Una postura en la que el primer ministro húngaro aspira a reforzarse este domingo, con el referéndum sobre el sistema de cuotas obligatorias aprobadas por mayoría en la UE y que Hungría —junto a Eslovaquia— ha recurrido a la justicia europea. La pregunta que tendrán que responder ya da la clave de la postura del Ejecutivo del Fidesz: “¿Quiere que la Unión Europea tenga derecho a determinar una cuota obligatoria de ciudadanos no húngaros en Hungría sin el consentimiento del Parlamento?”. La meta del Gobierno es lograr movilizar a más del 50% de los ocho millones de húngaros convocados a las urnas; requisito para que la consulta sea válida.


Orbán no ha revelado qué hará si gana el referéndum, pero el voto negativo de los húngaros al sistema de cuotas y las réplicas en los países de la región pueden dar al traste con el modelo.




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Colombia dice ‘no’ al acuerdo de paz con las FARC

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Colombia dice ‘no’ al acuerdo de paz con las FARC


En un mundo de locuras sin fronteras, Colombia optaba este domingo por dar un salto al vacío o ser ejemplo para el planeta. Ganó la primera opción. El 50,2% decidió votar en contra del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC, por el 49.7% que se decantó por el ‘sí’. La abstención, de más del 60%, y la pésima imagen de la guerrilla han sido determinantes en el resultado de la votación, que ninguna encuesta supo predecir. Evitar que continúe el conflicto armado, que ha atravesado el país durante más de 50 años y ha dejado ocho millones de víctimas, es el primer desafío. El presidente, Juan Manuel Santos, ha asegurado que el cese bilateral del fuego seguirá vigente. Colombia se adentra, no obstante, en un limbo plagado de incertidumbre. Nadie sabe con exactitud qué va a ocurrir a partir de ahora.


La votación pone de manifiesto la enorme polarización que existe en Colombia. El expresidente Álvaro Uribe, máximo abanderado del no, el mismo que consiguió unir a casi todo el país en torno a la política de Seguridad Democrática que debilitó las FARC, volvió a recurrir al juego de palabras con el que ha conseguido profundizar la división de la sociedad: “La paz es ilusionante, los textos de La Habana son decepcionantes”, aseguró tras votar. Durante el mes de campaña del plebiscito, el exmandatario trató de hacer calar la idea de que si se rechazaban los acuerdos, estos se podrían renegociar, algo contra lo que han sido tajantes el Gobierno y las FARC. La posibilidad de participar en política de los líderes guerrilleros y el hecho de que ninguno pagará cárcel siempre y cuando reconozca sus crímenes ha sido la piedra angular de su campaña, a sabiendas de que la mayoría de los colombianos, incluso entre los votantes del sí, no lo ven con buenos ojos. Uribe es el triunfador político de esta jornada, si es que después de que se rechace un acuerdo de paz se puede hablar de ganadores.


Uribe sabe que el rechazo a las FARC trasciende a su persona y ha sabido sacar partido de ello. La guerrilla sigue siendo muy impopular entre los colombianos. En el último año han tratado de abrirse al mundo y mostrar una modernización de su discurso, pero la desconfianza después de 52 años de guerra sigue siendo la nota predominante. Ni siquiera los actos de perdón de las últimas semanas han servido de acicate. Tampoco que la tarde previa a la votación anunciasen que harían un inventario de sus bienes, algo a lo que se habían negado hasta ahora porque decían que carecían de ellos. La destrucción, verificada por la ONU, de más de 600 kilos de explosivos el día anterior al plebiscito, tampoco supuso un vuelco a la hora de salir a votar en una lluviosa jornada. Son, obvio, mensajes trascendentales, necesarios para construir un futuro en paz, pero llegan tarde y resultan en muchos casos oportunistas.


La votación puso de manifiesto la falta de solidaridad en un país atravesado por la guerra. Los lugares más golpeados, sobre todo los de la costa, optaron por el `si’, pero son municipios que aportaban un número de votos infinitamente menor al de las zonas urbanas o los núcleos rurales más poblados, donde la violencia del conflicto hace tiempo que dejó de golpear. El interior del país optó por rechazar los acuerdos.


El plebiscito también ha puesto en evidencia la falta de liderazgo en la política colombiana, que ya urgía de una renovación ante el crónico clientelismo. Solo un partido, el Centro Democrático, es decir, Álvaro Uribe, ha conseguido movilizar más gente que el resto de las formaciones políticas. El gran damnificado es el presidente, Juan Manuel Santos. El hombre que consiguió firmar un proceso de paz con las FARC después de 52 años de guerra, que convocó el plebiscito sin necesidad de hacerlo, ha sufrido un varapalo monumental. “No me rendiré, seguiré buscando la paz hasta el último minuto de mi mandato”, aseguró.


El día después de la votación más trascendental de la historia de Colombia está más cerca de durar 24 años que 24 horas. El acuerdo entre el Gobierno y las FARC no solucionaba los males de Colombia. Apenas abría una senda para transitar hacia un periodo de modernización, para afrontar y resolver los problemas que datan incluso de antes de 1964, cuando las FARC se alzaron en armas. La negociación había sido el triunfo de un bien escaso en todo el mundo: la voluntad política. Los representantes de quienes durante más de cinco décadas se dieron plomo lograron en cuatro años, muy intensos pero solo cuatro al fin y al cabo, redactar un documento de casi 300 páginas que pone fin al conflicto. Lo hicieron dialogando, cediendo, tratando de buscar una salida digna para un país que, al final, prefirió el salto al vacío



Sólo el 8,33% de los colombianos en España votó en el referéndum



Unos 85.658 colombianos estaban el pasado domingo llamados a votar los acuerdos de paz firmados entre las FARC y el Gobierno del país latinoamericano presidido por Juan Manuel Santos hace justo una semana.


Solo 7.138 (8,33%) de todos colombianos con derecho a sufragio en España contestaron a la pregunta del plebiscito: ganó el Sí por el 68,63% contra el 31,36 restante, que se decantó por rechazar los acuerdos de paz tal y como pedía el expresidente Álvaro Uribe durante toda la campaña. Hubo cuatro votos nulos y ocho no marcados (o blancos), según la Registraduría del Gobierno colombiano.






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Rusia presiona a EE UU calificando de inválido el acuerdo sobre plutonio

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Rusia presiona a EE UU calificando de inválido el acuerdo sobre plutonio


Por un decreto del presidente Vladímir Putin publicado el lunes, Rusia considera inválido un acuerdo de 2000 con EEUU para eliminar y reconvertir plutonio militar considerado innecesario en virtud de los acuerdos de desarme nuclear entre los dos países. Para restablecer la validez de aquel acuerdo, Putin exige que EEUU elimine las sanciones impuestas a Rusia en 2014 por su política en Ucrania. En opinión del académico y experto en temas de desarme, Alexéi Arbátov, el acuerdo en cuestión tenía una “importancia secundaria” en el proceso de desarme y el gesto de anularlo tiene un “carácter político”.


El acuerdo en cuestión (y los protocolos adjuntos firmados en 2006 y 2010) contemplaba la eliminación de 34 toneladas de plutonio por cada una de las partes. Rusia ha construido instalaciones para quemar ese plutonio como combustible, una mezcla de uranio y plutonio denominada Moks. EEUU, sin embargo, se ha decantado por otra tecnología, que consiste en encapsular y enterrar el plutonio. La cantidad de plutonio militar a neutralizar es solo parte del total de plutonio disponible, que se calcula en 125 toneladas por parte de Rusia y 100 toneladas por parte de EEUU.


En abril, Putin expresó insatisfacción por el procedimiento de eliminación del plutonio previsto por los norteamericanos, que, según el dirigente ruso, no responde a lo que fue acordado bilateralmente y eventualmente permitiría a los estadounidenses volver a extraer el plutonio militar, en caso de desearlo.


En su denuncia del acuerdo, Putin ha trascendido las cuestiones técnicas y ha ido más lejos, al vincular la “reanudación” del acuerdo a una serie de condiciones políticas, entre ellas la “compensación de los perjuicios causados a la Federación Rusa como resultado de las sanciones” impuestas por la administración norteamericana por la política del Kremlin en Ucrania. Las condiciones de Putin están recogidas en un proyecto de ley enviado a la Duma Estatal (cámara baja del parlamento ruso) de Rusia, el 3 de octubre, la misma fecha de la promulgación del decreto presidencial. “A los norteamericanos les da igual que Rusia anule el acuerdo y las condiciones que se les exigen parecen partir de la apreciación equivocada de que EEUU está de rodillas delante de Rusia”, señala Arbátov. “También se les podría pedir que disolvieran la OTAN”, afirma el experto con ironía.


Se trata de uno de los primeros proyectos de ley remitidos por el jefe del Estado al parlamento después de las elecciones del 18 de septiembre. Entre sus condiciones, Putin incluye además compensaciones por las “perdidas” sufridas por Rusia como consecuencia de sus propias contra sanciones (en respuesta a las sanciones norteamericanas y occidentales). El acuerdo (de 2000) y los protocolos adjuntos al mismo pueden ser “renovados” “después de que EEUU haya eliminado las causas que han llevado a un cambio radical de las circunstancias que existían en el día de entrada en vigor” de aquellos documentos, afirma Putin en su proyecto de ley.


Otras condiciones mencionadas por el presidente son la reducción de la infraestructura militar de la OTAN y el contingente de tropas de EEUU estacionados en territorio de países miembros después del 1 de septiembre de 2000. Asimismo, Putin exige la abolición de la llamada ley Serguéi Magnitski, de 2012, y las disposiciones “dirigidas contra Rusia” de la ley de 2014 de “apoyo a la libertad de Ucrania”. La denominada ley Magnitski establecía sanciones para los cargos oficiales supuestamente involucrados en la muerte en prisión de Serguéi Magnitski, un abogado ruso que representaba los intereses de un empresario norteamericano. La ley de apoyo a la libertad de Ucrania fue la reacción a la política de Rusia en territorio de su vecino occidental (anexión de Crimea y apoyo a los insurgentes de las regiones de Donetsk y Lugansk).


“Después de la entrada en vigor del acuerdo y los protocolos, EEUU ha emprendido varios pasos que han producido un cambio radical de la situación en el campo de la estabilidad estratégica”, afirma una nota explicativa que acompaña al proyecto de ley. La nota interpreta la política de la OTAN y sus aliados como iniciativas dirigidas contra Rusia y no como reacción a la propia política. “Además de las actividades dirigidas a alterar el equilibrio militar y estratégico, EEUU toma medidas para desestabilizar la economía de la Federación Rusa e infringir los derechos de los ciudadanos rusos”, señala el documento.




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